La trayectoria de Nginx es bastante meritoria, porque en poco más de una década pasó de ser un servidor de HTTP casi marginal a superar al mismísimo Apache. Entre las virtudes que han situado a Nginx en una buena posición están su arquitectura asíncrona y basada en eventos y el hecho de que es fácil de configurar. Sin embargo, parece que su desarrollo se ha ido volviendo más opaco en los últimos años, por lo que Maxim Dounin, un desarrollador que ha estado involucrado durante mucho tiempo en el servidor, ha decidido bifurcarlo para crear freenginx.
Para entender las motivaciones detrás de la bifurcación hay que explicar un poco de la trayectoria del proyecto original. Nginx nació en 2004 de la mano de un desarrollador ruso llamado Igor Sysoev y en 2011 se constituyó una empresa del mismo nombre que se responsabilizó del desarrollo y el mantenimiento del software. Si bien el proyecto original fue publicado como código abierto bajo la licencia BSD de dos cláusulas, la empresa ofrecía una versión de pago del mismo servidor llamada Nginx Plus como software privativo.
Nginx siguió creciendo y la empresa responsable fue comprada en 2019 por la estadounidense F5 Networks por un precio de 670 millones de dólares. Como suele ser habitual en este tipo de historias, al principio nada cambia, pero luego las cosas se van torciendo. Siguiendo los pasos de otras empresas como IBM y Microsoft, F5 Networks decidió cerrar sus oficinas en Moscú en el año 2022, lo que supuso el despido de los trabajadores que estaban allí.
Aquí es donde empieza la historia de Maxim Dounin, que tras el cierre de las oficinas de F5 Networks en Moscú llegó a un acuerdo para seguir contribuyendo en Nginx como voluntario, de forma gratuita. Las cosas parecían ir bien, pero el desarrollador ha explicado que, “desafortunadamente, algunos nuevos directivos no técnicos de F5 decidieron recientemente que saben mejor cómo ejecutar proyectos de código abierto. En particular, decidieron interferir con la política de seguridad que utiliza Nginx desde hace años, ignorando tanto la política como la posición de los desarrolladores.”
“Eso es bastante comprensible: son dueños del proyecto y pueden hacer cualquier cosa con él, incluso realizar acciones motivadas por marketing, ignorando la posición y la comunidad de los desarrolladores. Aún así, esto contradice nuestro acuerdo. Y, lo que es más importante, ya no puedo controlar qué cambios se realizan en Nginx dentro de F5 y ya no veo a Nginx como un proyecto gratuito y de código abierto desarrollado y mantenido para el bien público”.
Debido a que Nginx se ha distanciado de la comunidad y el bien público según la versión de Maxim Dounin, el desarrollador ha tomado la decisión de crear una bifurcación llamada freenginx, la cual se supone seguirá un modelo de desarrollo más centrado en los desarrolladores y la calidad del software y se alejará de las decisiones arbitrarias de las corporaciones. Obviamente, la creación de freenginx ha conllevado el fin de la colaboración de Dounin con F5 Networks.
Veremos cómo le va a freenginx, porque de ser cierta la versión de Maxim Dounin, la creación de una bifurcación era cuestión de tiempo. Sin embargo, está por ver si los usuarios y las empresas deciden seguir el camino que ha emprendido o si prefieren quedarse con el proyecto original.
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