Le hemos dedicado un par de noticias ya a este tema y creo que con esta lo finiquitamos, porque no debería dar mucho más de sí. Y es que la aventura Open Source de Winamp termina abruptamente. O eso parece.
Todo comenzó en mayo, cuando desde Winamp anunciaron una apuesta por el código abierto de lo más extraña: lo harían a través de su reproductor clásico para Windows, ese que hizo las delicias de tantos allá por finales de los 90, principios del 2000, con el objetivo de darle nueva vida y permitir a la comunidad participar de ello. Una propuesta curiosa, habida cuenta de lo que ha llovido, pero así lo transmitieron.
De hecho, todas las declaraciones que recogimos a propósito de este anuncio iban en la misma dirección: «Winamp abrirá el código del reproductor de Windows, permitiendo que la comunidad participe en su desarrollo», sostenía la compañía. Y lo repetían. Sin embargo, cerraban el anuncio señalando que «Winamp seguirá siendo el propietario del software y decidirá las innovaciones realizadas en la versión oficial», lo cual denotaba una estridencia. Pero les dimos el beneficio de la duda.
La cuestión es que en el mundo del desarrollo de software, «abrir el código » significa algo más que enseñarlo. No importa cuántas licencias de código abierto existan, e incluso que algunas sean incompatibles entre sí, porque todas contemplan unos mínimos que no permiten libertades excluyentes como que una determinada parte «seguirá siendo el propietario del software». Bajo un prisma Open Source no se puede dar algo así.
Llegó septiembre y Winamp materializó el movimiento, disipando cualquier duda bienintencionada que se pudiera tener. El código del viejo reproductor se había subido a GitHub bajo una licencia propia que incluía claúsulas como:
- Prohibición de distribución de versiones modificadas: no se pueden distribuir versiones modificadas del software, ya sea en formato fuente o binario.
- Prohibición de bifurcaciones: no se puede crear, mantener ni distribuir un fork del software.
- Distribución oficial: solo los encargados del mantenimiento del repositorio oficial tienen permitido distribuir el software y sus modificaciones.
- La aceptación de que todos los derechos de propiedad intelectual, incluidos los derechos de autor, de sus contribuciones se asignan a Winamp.
En resumen, Winamp te enseñaba su código y te invitaba a participar, pero hasta ahí. Cualquier otra similitud con el concepto que entendemos como código abierto era mera coincidencia. O ni eso. En resumen, valga la redundancia, Winamp quería, me cito a mí mismo, «aprovecharse en lo posible de la comunidad dispuesta a colaborar a cambio de nada». ¿Podían haberlo hecho peor? Podían, y así ha ocurrido.
Se hacen eco de los últimos coletazos de esta historia en Linuxiac, donde además de repasar los acontecimientos, dan cuenta de cosas que no conocíamos, como que Winamp tuvo que actulizar los términos de su licencia al poco de publicarla, debido a un conflicto grave con los términos de servicio de GitHub en relación a los proyectos de código abierto. En concreto, por la prohibición de la distribución de versiones modificadas.
Lo realmente curioso de este caso es que pese a corregir dicho punto, el resto de claúsulas incompatibles con el modelo del código abierto presentes en la licencia de Winamp se mantenían sin cambios. Lo cual genera otra duda, que nada tiene que ver con el tema en cuestión: ¿qué entienden en GitHub por código abierto? Como se suele decir, es una historia para otro día, porque la que nos ocupa aún no ha terminado.
¿O sí ha terminado? Resulta que han eliminado el repositorio de Winamp en GitHub, sin dar ninguna explicación al respecto. Sin embargo, la publicación en redes sociales del lanzamiento sigue visible e incluso permanece fijada, en el caso de X (Twitter); la página oficial de llamada a la acción y la del nuevo proyecto siguen accesibles… ¿Ha terminado todo o se trata de algo más?
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